jueves, 20 de septiembre de 2012

Este jueves, un relato: Teatro, máscaras y apariencias

 Hola a tod@s:
He regresado. Lo decidí, porque sinceramente creo que me hacía falta este blog para desahogarme, para decir esas cosas que si no comparto de alguna manera, siento que voy a estallar. Pensé en tener mas tiempo para mis labores y si, tal vez lo tuve, pero ya no es que sirva de mucho: Debo contaros que no recibí la nominación al Premio Jose Ignacio de Márquez, muy a pesar de que en mi oficina he logrado bajar las cifras de expedientes a un solo dígito. Dicen que el tema es que tengo poco tiempo en el cargo y demás respuesta diplomáticas de esas que te dicen cuando, en realidad saben que te mereces algo pero no te dan. A veces pienso que creen que, aun cercana a mis 41 octubres, soy una niña que me pueden meter los dedos en la boca para engañarme, esa negativa de nominación tuvo nombre propio, y si, es la misma de siempre...

Creo que no hay mayor escenario cercano a un teatro que un estrado judicial: Se personifican dos posiciones, antagónicas en la mayoría de los casos. Algunos lloran, otros ríen con ciertos resultados. Algunos hasta se escudan en poses muy bien pensadas, otras mas bien sobreactuadas. Pero al frente de la obra me corresponde estar a mi, con esta toga que ahora una ley nueva ha hecho obligatoria para todas las audiencias. Me gustaría decirle a quien redacta ciertas normas que no todos los jueces tenemos la gloria de tener climas favorables, ni un buen servicio de energía eléctrica, pero, ni modo, hasta para dirigir esta obra tengo que tener el vestuario que el escenario requiere. O tal vez el papel que hago es la de ser una marioneta de un sistema que me supera a mi misma, qué se yo... a veces la vida imita al arte y viceversa.

Y ni hablemos de las máscaras que debo usar: aparentar que no me importa que me ignoren cuando por dentro me carcome la ira, cuando lo que mas quisiera a veces es devolver el tiempo para haberme podido ir tranquilamente a tierras paisas. Irme lejos y mandar a mas de uno a tomar por c... . Pero hay que aparentar frialdad aunque te pasen por delante hasta los recien llegados, como le pasó a nuestro pais invitado de hoy, Alemania, que estuvo en segundo lugar con la inefable Katja Ebstein y Theater, poniendo toda la carne en el asador. Solo pudo ser segunda en La Haya/80, y eso que  era un temazo de la factoría de Ralph Sieger, que es quien luce esos guantes que vereis al inicio de la canción tocando el piano.  A ellos los supero mi bienhallado Johnny Logan, pero recordemos que, mientras Irlanda solo debutó en el Festival a mediados de los sesentas, Alemania fue de las anfitrionas del certamen, en el 56, quedándoles un segundo lugar mas al año siguiente, antes de alzarse con el triunfo en Harrogate/82. A esta cantante de origen polaco (otra gran ironía de la vida, sabiendo la historia tan amarga que existe entre estos dos paises), le pasó lo que a mi: Fue siempre exitosa en su labor, pero no se pudo alzar con el premio mayor. 

Pero, mis queridos lectores y colegas jueveros, con este post, este esperado post, yo les digo una frase muy teatral, despojándome de toda máscara o apariencia de la que si gozan muchos de mis colegas jueces vecinos, que por dentro me desdeñan diciéndome que tengo "complejo de escoba nueva" o hasta complotean en mi contra: El show debe continuar...



 Mas relatos, con Neogéminis, anfitriona de esta semana.
Besos a tod@s
Wendy

13 comentarios:

  1. Wendy!...ante todo, bienvenida!...nos alegra tenerte otra vez entre esta cofradía juevera narrando y descargándote en tus cuitas. Seguidamente no puedo pasar por alto lo coincidente/conveniente que el tema de esta semana te resultó como para desenmascarar las injusticias de u sistema que -vaya paradoja- debería tener a la Justicia como guía y en cambio resulta estar manejado por la hipocresía y el favoritismo. A los que andamos "de a pie" nos duele e indigna ver ese teatro montado para aparentar lo que debería ser sólido y eficiente...me imagino lo que debe ser para quienes, desde adentro, intentan cambiar las cosas haciendo que las falsedades desaparezcan y se caigan las máscaras de la impertinencia.

    Como bien decís en el cierre, hay que continuar, de otro modo les serviríamos en bandeja lo que intentan conseguir: hacernos perder la paciencia y la esperanza.

    Un abrazo y gracias por sumarte!

    ResponderEliminar
  2. Bien regresada a los jueves, Wendy.
    Pues sí, el escenario judicial siempre me ha parecido un teatro, un drama, un toma y daca con mascaras o togas, con esposas en la muñeca o esposas en la sala. Un drama de poderes, un juego de palabras, una competición de argumentos ¿quién gana? la justicia, eso figura en el guión, pero a veces no hace ese efecto, a cámara lenta espera el acusado su destino, el estrado un altar, los abogados del diablo o del cielo y el público presente. Pues sí, un teatro colosal.
    No tardes tanto en volver, besitooo.

    ResponderEliminar
  3. Hola, querida mía,

    Déjales, déjales que rabien de envidia, más insidiosos y mezquinos se muestren significa que más alto estás llegando tú, porque de lo contrario ni se molestarían, les pasarías desapercibida. Es un orgullo crear esas envidias entre los mediocres.

    Duele, claro que duele... arriba la nariz y mirando al techo!!!

    Un beso y un aromático café. Bienregresada de nuevo.

    ResponderEliminar
  4. Pues si, la aplicación de la justicia tiene escenario. la sala, trajes, togas, protagonistas, antagonistas, publico y luego todos a tomar café juntos. Un beso

    ResponderEliminar
  5. ¡Que alegría que vuelvas! Y más con esta aportación juevera en la que has llevado el tema, de muy buena manera, al aspecto personal y a la vida, por así decirlo, en los juzgados, dónde se ven tantas y tantas máscaras constántemente. ¡Ánimo! y que no me entere yo de que vuelves a dejar el blog, ¿eh? Un beso.

    ResponderEliminar
  6. Encantada de volver a leerte. Ya lo dice el refrán: Si la envidia fuera tiña, cuantos tiñosos habrían.Lo importante es intentar hacer una bien su trabajo y desde luego lo de juez tiene lo suyo, lo de impartir justicia es peliagudo y siempre no se puede hacer como uno querría, porque entran muchos personajes en ese escenario.
    Ten paciencia, desde aquí te doy mucho ánimo.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  7. Me alegra verte de vuelta Wendy. No permitas que este asunto te desanime. Desgraciadamente esta sociedad es muchas veces injusta con quien de verdad lo merece. En vuestro caso, el ser mujeres, esa injusticia se acrecienta considerablemente.
    Pero va cambiando lo mismo que la propia sociedad.

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  8. Wendy muy buen regreso, introduces en el tema todo el montaje judicial, hasta la puesta en escena es bastante teatral...sobre la nominación y lo que hay detrás, como dice Vero que rabien, si es que pueden.
    Y que todo continue, la vida sigue.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Por una parte, me ha encantado esa visión de la vista como una escenificacion teatral. Magnífico.
    Por otra parte, el tema de premios ... por aquí, en el mundo en que trabajo, el de los ayuntamientos, se ha concedido préstamos a todos para pagar su deuda en facturas guardadas en el cajón. En el mío no teniamos, hemos pagado honradamente y, sin embargo, ni a quienes cumplimos nuestra labor de control del gasto se nos premia ni a quienes lo incumplen se les sanciona.
    Los premios no se otorgan a quienes los merecen, pero el tiempo suele dar la razón a quienes la tienen.
    Besos, me alegra tu vuelta.

    ResponderEliminar
  10. Hola Wendy: Bienvenida a tu casa. Se te echaba mucho de menos.
    La escenificación del acto de impartir justicia tiene mucho de teatral. Se da por bien empleado si al final de la representación triunfa la justicia, pero (y me duele decirlo), no siempre ocurre así. En cuanto a premios no recibidos y merecidos, siempre me recuerda uno de los artículos de las fases de un proyecto, cualquier proyecto: "Imposición de medallas, a los no participantes".
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Que ironía ser injusto con quién imparte justicia y por parte de quienes deberían ser siempre justos.
    Pero esto sería en un mundo utópico.
    Un saludo
    ibso

    ResponderEliminar
  12. Bienvenida Wendy! Me alegra leerte de nuevo, lo de la justicia ya se sabe escenario teatral donde los haya aunque resulte extraño y paradójico. Así que mucho ánimo y hacia adelante.
    Besos.

    ResponderEliminar