Hola a tod@s:
Como administradora de justicia, mi relato de este jueves, propuesto por Gustavo, dará datos de los peligros de hacer pactos con el Diablo:
1. No hay garantía de exclusividad
2. No se rescinde el contrato por buenas obras
3. No hay a quien reclamar por mala calidad
4. No falta el juzgador que esté sobornado por el contratista principal
Como administradora de justicia, mi relato de este jueves, propuesto por Gustavo, dará datos de los peligros de hacer pactos con el Diablo:
1. No hay garantía de exclusividad
2. No se rescinde el contrato por buenas obras
3. No hay a quien reclamar por mala calidad
4. No falta el juzgador que esté sobornado por el contratista principal
En el Festival, hay países que bien podrán pensar en pactar con el diablo por ganar. Que lo diga Austria, que volvía en Dublín/71 con Musik, en la voz de Marianne Mendt, quedando en antepenúltimo lugar.
Y es la invitada a mi último relato de esta temporada
Gracias a tod@s por leerme
Wendy ( y fueron menos de 125 palabras)
Disiento Wendy, el diablo es muy serio, incorruptible, fiable al 100%. Te lo digo yo que pacte ganar Eurovisión y ganaré representando a Andorra que ni se presenta. Grande es su poder.
ResponderEliminarBesitos.
Ese contrato es dificil de firmar con todos estos apartados.
ResponderEliminarLo de ganar Eurovisión, a veces ni pactando con el diablo.
Un abrazo y hasta pronto
Siempre puedes pedir la hoja de reclamaciones en el infierno...
ResponderEliminarUn beso
¿Entonces aquí no existe eso de "si no queda satisfecho le devolvemos su alma"?.
ResponderEliminarPues entonces no firmo y que Eurovisión lo gane Chiquitistán.
Hasta pronto.
Un abrazo.
Eso de que no hay a donde reclamar por mala calidad, es todo un tema!jejeje...que no se quejen después los que firman sin mirar la letra chica y luego pretenden algún tipo de compensación por mala praxis!jajaja
ResponderEliminarfundamental tu aporte!
=)
Un abrazo.
Es decir, en pocas palabras: no es buen negocio!!!
ResponderEliminarjaja! Así que ya me voy advertida por si las moscas y el guampudito con rabo me rondan.
Besito al vuelo!
Gaby*
Quien advierte no es traidor, así que ojito con lo que se hace.
ResponderEliminarBesos.
Parece que los mismos peligros que cuando firmas un contrato con cualquier empresario. Siempre pierde el más débil.
ResponderEliminarUn beso.
Ya se sabe, nadie da duros a peseta (vaya refrán más antiguo me ha salido, que ya hace tiempo que entramos en el euro) jeje. Pero es que viene que ni pintado, antes de firmar cualquier contrato ya se sabe, hay que leerlo y releerlo con cuidado, para que no te la den, y tu has dejado bien claritas todas las clausulas. Un beso.
ResponderEliminarVaya, pues no había caído hasta ahora, ¿encima de vender nuestra alma no tenemos exclusividad absoluta?, pues nada, que no hay trato.
ResponderEliminarY yo le doy mis puntos para Andorra, al fin y al cabo es la única representante que conozco y aunque no se presente gana seguro, el pacto dice ya haberlo hecho
Un beso
Mar
Pues..... parece las condiciones de las teleoperadoras de telefonia....
ResponderEliminarUn beso
Muy agudos los cuatro puntos. Muy ciertos.
ResponderEliminarAh, pactos con el diablo, recursos desesperados.
Besos Wendy.
yo juraría que son más de 200 palabras...y lo juraría por que las que te han faltado para llegara a las 200 son las que yo pondré diciendo aquello de hasta la vuelta, colombiana bonita...eso sí, me dice el diablo, que hasta que no llegue a las 200 palabras que siga escribiendo...pero como tengo la comida puesta, ¿me haces el favor de acabar tú con esta actividad?
ResponderEliminarbesos enteros, wendy.
Ya estuvo el diablo de parte de España, disfrazado de Chikilicuatre y mira como quedamos, para estas cosa ni pactando con el diablo se está seguro del éxito.
ResponderEliminarHay que leer muy bien estos puntos para no cometer errores jaja
ResponderEliminarBesitos
Uff! vamos.. que si te dan gato por liebre te aguantas... me da que no, no lo firmo...
ResponderEliminarUn beso, Hasta pronto!!
Es lo que tienen los contratos leoninos, pudiera parecer que benefician a ambas partes, pero solamente benefician a una de ellas, con altísimos intereses, con usura y sin posibilidad de deshacerlos. Contratar con el diablo es echarse voluntariamente una soga al cuello.
ResponderEliminarUn abrazo.