Este Jueves, un relato: La vida en un castillo medieval

 

 Hola a tod@s:

Mientras el tiempo para llegar a la gran final eurovisiva corre a pasos agigantados, con todo lo que ello significa, hoy acudo a la cita de los relatos del jueves con el tema que Teresa Oteo Iglesias nos ha propuesto. La verdad, imaginar cómo era la vida en esos tiempos, con batallas, pestes negras y demás no es tan lejos de mi realidad actual, cuando me refiero a mis superiores. Si, los mismos de los que tanto me quejo porque me ignoran cuando les da la reverenda gana, y solo me tienen en cuenta como la sierva feudal para que batalle por sus territorios, cual Juana de Arco...incluyendo su triste final...porque, en cualquier momento, ya veo la pira ardiendo debajo de mis pies, por mas batallas que haya ganado o por mas santa que crea que pueda ser en un futuro...

Si, no lo niego, la justicia en este pais es y seguira siendo un sistema de feudos administrados desde las altas esferas, donde los despachos somos como fichas en un tablero, con tanta posibilidad de opinar como la del siervo frente a su amo. Y los tribunales como el mío son como ese gran castillo del Rey donde la intriga está a la orden del día. En el Medioevo se envenenaba mucho con poderosos menjurjes, aquí se hace con lo que haya a la mano: puestos, prebendas, dinero...y quienes no entramos en ese juego, quedamos con la misma movilidad social que podría haber en la época de las Cruzadas: Ninguna.                                                                          

Y ni hablemos de mi pueblo, que bien podría tener las mismas comodidades de cualquier ciudad del siglo XIII. salvo el cada vez mas intermitente servicio eléctrico, poco o nada me distancia de estar perdida en un poblado medieval, con sus plagas, su sistema de salud incipiente, sus vías a medio hacer...                                       

                                               Pasando de mi dosis de tragedia normal, estaba pensando en qué tema eurovisivo nos iba a acompañar en esta semana. Y recordé la puesta en escena de Bulgaria en Moscú/09, en la voz ( o mejor dicho, en los alaridos) de Krassimir Avramov, que mas que darnos su Illusion, le dio una de las habituales desilusiones a los búlgaros, que siempre han sido una delegación ni fu ni fa. No son ex sovieticos, no son ex-yugoslavos, no son históricos del Festival...y es que con los escasos siete puntos que sumó este tenor de alaridos infumables y su combo de odaliscas, vestidos muy a lo feria medieval, poco se puede hacer. Curiosamente, hasta la prima búlgara de Carmen de Mairena y el resto del coro estaban haciendo lo mejor que podían con una puesta en escena tan caótica y un tema que no daba mucho de si, pero los votantes del festival en territorio moscovita prefirieron no lidiar por segunda vez la tortura auditiva de este tema. Para eso, mejor sobrevivir a una ordalía...

Besos a tod@s

Wendy