Hola a tod@s:
Admitámoslo: Hasta la persona mas tierna y dulce tiene un lado oscuro y turbio. En medio de la mas bella rosa, surgen las mas dolorosas y punzantes espinas, dispuestas a agredir al enemigo. No se si es esta fiebre tremenda la que me tiene tan metafórica, pero anoche viví uno de esos escuentros de alto voltaje que no le recomiendo a nadie, salvo que cuente con un muy buen seguro de vida.
Desde hace meses recibí una invitación un poco peculiar para una "reunión de egresados" de la promoción 1988 de mi colegio - si, ya sabeis hace ya cuantos años me gradué de secundaria-. Y sinceramente, tenía mas que pensado no ir. Y así sería, porque los amargos recuerdos de aquella infame época me llegan como ácido en unas heridas que 22 años despues, no dejan de sangrar. Un año en que tuve que soportar desde comentarios racistas, hasta una "broma" muy pesada que estuvo a punto de impedirme estar hoy refiriendo esto que escribo. Pero la tentación puede mucho mas. Bien pude romperle en la cara el sobre que aquella vez recibí de manos de uno de los siniestros comensales de anoche. Una cena que , la verdad, había que vivir para creerla, porque reunir en la misma mesa a 32 egos que se odian entre si era bastante tela. Al lado de esto, la guerra de los Balcanes, la de Oriente Medio y todas las que se imaginen iban a quedar en aburridos cuentos de hadas.
Fui de las últimas en llegar. Para mi sorpresa, el morbo por ver a los otros 31 pesaba mas que nuestro odio. Y para ello, me preparé con uno de mis vestidos de femme fatale ( a proósito del tema de nuestro post anterior), rojo, para mas señas. Porque en esa mesa podía correr sangre...
Ya antes de mi llegada, las miradas llenas de veneno pululaban en el ambiente: Conozco las lenguas viperinas que iban a estar ahi, de gente con menos escrúpulos que la mamarracha santandereana que tuve de jefe. Y de otras a las que las palabras "buen gusto" y "dignidad" jamás las tuvieron en el diccionario. Cada quien pagó lo suyo, palabras con hipocresía por los 22 años de habernos graduado, tan falsas como una moneda de 17 €. Y empezaron los ataques: "Ay, que gorda estás"... "Y a ti te dejó tu marido por otra, verdad"..." Hace cuanto quebró tu empresa"...."cómo te fue en la cárcel despues del escándalo de corrupción aquel"... y ya sabía que esta cena iba a estar mas calentita que mi temperatura corporal, pero yo no entré al trapo. Solo me preguntaba ¿y yo qué hago aqui?. Pero en el fondo sabía que de esta guerra no iba a salir invicta.
A mi favor, el comentario generalizado entre los hombres era "pero esta qué se echa, que está como de veintipico y ya va para 40". Y si, para envidia de todas, yo era no solo la mas elegante, sino la única que tenía título profesional y no pesaba como 80 toneladas como las otras fracasadas de la cena. Y ojo, sin cirugías estéticas a bordo, como otra que con tanto botox en la cara estaba tan tiesa que ya era un arma de destruccion masiva ambulante. Hasta que me llegó el primer balazo: "¿Supe que estas sin trabajo, y qué, ¿viviendo de moza de algun hombre"?. Y aqui es donde se me subió el Pimienta a la sangre y le dije a mi interlocutora: "Que pena, infórmate mejor: estoy próxima a fichar de nuevo trabajo con el Estado, por ahora vivo de mis ahorros, los mismos que tu tendrías si no te hubieras puesto de p€$%a racista y hubieras estudiado algo en tu ¿"$%&& existencia" . Y ahi fue Troya. No comento mas, porque puede ser usado en mi contra...
Si que cenamos calentito. 22 años llevando tanto rencor acumulado, y siendo tan masoquistas de quererlo destilar de alguna forma, no importaba el precio, ni los medios. A veces me pregunto en qué momento surgió tanto odio en nuestros corazones. El mismo odio que tiene sumido a Israel con sus vecinos geográficos en un conflicto que parece no tener fin. Y eso, lo digo pensando en aquel 1988 en Dublín , donde una ya experimentada Yarlena Arazi nos trajo su Ben adam,
Y es que la que tuvo, retuvo: en su segunda intervención eurovisiva, Yarlena fue séptima, un puesto mas abajo que su participación como parte del grupo que representó a Israel en La Haya/76. Pero nadie le quita lo baila´o.
Tal vez nunca vuelva a una cena así. Fue una accion poco menos que incorrecta, pero hay veces en que tenemos cita para desahogarnos con nuestros propios egos y afrontar los fantasmas del pasado. Porque somos seres humanos, y en nosotros están las fuerzas del amor y del odio, creación y destrucción , juntas en un solo ser.
שלום
Besos a todos
Wendy
Admitámoslo: Hasta la persona mas tierna y dulce tiene un lado oscuro y turbio. En medio de la mas bella rosa, surgen las mas dolorosas y punzantes espinas, dispuestas a agredir al enemigo. No se si es esta fiebre tremenda la que me tiene tan metafórica, pero anoche viví uno de esos escuentros de alto voltaje que no le recomiendo a nadie, salvo que cuente con un muy buen seguro de vida.
Desde hace meses recibí una invitación un poco peculiar para una "reunión de egresados" de la promoción 1988 de mi colegio - si, ya sabeis hace ya cuantos años me gradué de secundaria-. Y sinceramente, tenía mas que pensado no ir. Y así sería, porque los amargos recuerdos de aquella infame época me llegan como ácido en unas heridas que 22 años despues, no dejan de sangrar. Un año en que tuve que soportar desde comentarios racistas, hasta una "broma" muy pesada que estuvo a punto de impedirme estar hoy refiriendo esto que escribo. Pero la tentación puede mucho mas. Bien pude romperle en la cara el sobre que aquella vez recibí de manos de uno de los siniestros comensales de anoche. Una cena que , la verdad, había que vivir para creerla, porque reunir en la misma mesa a 32 egos que se odian entre si era bastante tela. Al lado de esto, la guerra de los Balcanes, la de Oriente Medio y todas las que se imaginen iban a quedar en aburridos cuentos de hadas.
Fui de las últimas en llegar. Para mi sorpresa, el morbo por ver a los otros 31 pesaba mas que nuestro odio. Y para ello, me preparé con uno de mis vestidos de femme fatale ( a proósito del tema de nuestro post anterior), rojo, para mas señas. Porque en esa mesa podía correr sangre...
Ya antes de mi llegada, las miradas llenas de veneno pululaban en el ambiente: Conozco las lenguas viperinas que iban a estar ahi, de gente con menos escrúpulos que la mamarracha santandereana que tuve de jefe. Y de otras a las que las palabras "buen gusto" y "dignidad" jamás las tuvieron en el diccionario. Cada quien pagó lo suyo, palabras con hipocresía por los 22 años de habernos graduado, tan falsas como una moneda de 17 €. Y empezaron los ataques: "Ay, que gorda estás"... "Y a ti te dejó tu marido por otra, verdad"..." Hace cuanto quebró tu empresa"...."cómo te fue en la cárcel despues del escándalo de corrupción aquel"... y ya sabía que esta cena iba a estar mas calentita que mi temperatura corporal, pero yo no entré al trapo. Solo me preguntaba ¿y yo qué hago aqui?. Pero en el fondo sabía que de esta guerra no iba a salir invicta.
A mi favor, el comentario generalizado entre los hombres era "pero esta qué se echa, que está como de veintipico y ya va para 40". Y si, para envidia de todas, yo era no solo la mas elegante, sino la única que tenía título profesional y no pesaba como 80 toneladas como las otras fracasadas de la cena. Y ojo, sin cirugías estéticas a bordo, como otra que con tanto botox en la cara estaba tan tiesa que ya era un arma de destruccion masiva ambulante. Hasta que me llegó el primer balazo: "¿Supe que estas sin trabajo, y qué, ¿viviendo de moza de algun hombre"?. Y aqui es donde se me subió el Pimienta a la sangre y le dije a mi interlocutora: "Que pena, infórmate mejor: estoy próxima a fichar de nuevo trabajo con el Estado, por ahora vivo de mis ahorros, los mismos que tu tendrías si no te hubieras puesto de p€$%a racista y hubieras estudiado algo en tu ¿"$%&& existencia" . Y ahi fue Troya. No comento mas, porque puede ser usado en mi contra...
Si que cenamos calentito. 22 años llevando tanto rencor acumulado, y siendo tan masoquistas de quererlo destilar de alguna forma, no importaba el precio, ni los medios. A veces me pregunto en qué momento surgió tanto odio en nuestros corazones. El mismo odio que tiene sumido a Israel con sus vecinos geográficos en un conflicto que parece no tener fin. Y eso, lo digo pensando en aquel 1988 en Dublín , donde una ya experimentada Yarlena Arazi nos trajo su Ben adam,
Y es que la que tuvo, retuvo: en su segunda intervención eurovisiva, Yarlena fue séptima, un puesto mas abajo que su participación como parte del grupo que representó a Israel en La Haya/76. Pero nadie le quita lo baila´o.
Tal vez nunca vuelva a una cena así. Fue una accion poco menos que incorrecta, pero hay veces en que tenemos cita para desahogarnos con nuestros propios egos y afrontar los fantasmas del pasado. Porque somos seres humanos, y en nosotros están las fuerzas del amor y del odio, creación y destrucción , juntas en un solo ser.
שלום
Besos a todos
Wendy
Shalom Pimienta:
ResponderEliminarVaya, vaya, como las gastais algunos cuando cenais, normalmente eso de cenar suele dar alegría y compañerismo, pero con esas arpías con las que te juntas, mejor habías hecho ayuno, que la salud mental te lo hubiese agradecido.
Sobre tu vida, supongo que lo del trabajo va viento en popa y pronto se acaben los trámites administrativos para que tengas lo que te mereces, es decir, un buen trabajo fijo que ayude a los demás.
Sobre Israel, para mi siempre suele ser una delegación que sigo con interés, salvo horribles excepciones como el "Be happy" o el "Push the bottom". Me encanta el sabor melancólico y mediterráneo de muchas de sus canciones, además de las maravillosas voces que envían (lo de este año en Oslo no lo tendré en cuenta).
Un beso y te sigo con atención, aunque haya días más complicados que otros, que la familia también se cobra su tiempo.
Shalom Wendy:
ResponderEliminarCreo que a estas alturas de la vida me negaría a ir a una cena donde no estuviera a gusto, por mucha curiosidad que tuviera.
Sorprendentemente, no conocía el tema de Israel de hoy. Y es que el año 1988 está borrado de mi memoria para siempre.
Un besote
Pues yo a una cena de la EGB, antigüa Educación general básica, no iría ni arrastrado con cadenas. A una de Formación Profesional rama administrativa I, tampoco porque eran tan impresentables como los otros. Sin embargo a una de FP II administrativo, ahí si porque fueron unos compañeros muy majos y con los que me lo pasé muy bien. De todas formas experimentos con gaseosa. Ir a una cena en la que sabes que va a ver gente que no tragas, pues va a ser que no, ni de coña, ni empachada de gominolas. ¡que va, que va! puff. da yuyu pensarlo.
ResponderEliminarA mi al igual que Grande grande me gusta mucho Israel en Eurovisión, salvo excepciones.
Un besote.
Kalispera, Wendy!
ResponderEliminarPues yo soy otro de los que no asistiría a una cena de ésas ni pagándome. De hecho, hace años que no asisto a las llamadas "cenas de empresa" en Navidad y en verano. No sé fingir, y a las cenas y sitios de diversión acudo EXCLUSIVAMENTE CON MIS AMIGOS.
En cuanto al "Ben Adam" de Yardena Arazi, me conquistó más el mensaje del tema (entonces, además, estudiaba hebreo) que la canción en sí, que termina siendo demasiado repetitiva y cansina. Eso sí: fue un gustazo ver juntos sobre el escenario, nueve años después, a la presentadora y a dos de los ganadores del mítico Eurovisión '79 en Jerusalén.
Shabat Shalom!
Hola Grande grande:
ResponderEliminarNo fue una cena que dejara contentos a ninguno de sus asistentes. Pero a veces es mejor sacarte el veneno de la serpiente de la herida, antes de que este siga fluyendo.
Ya de los demás trámites, tendreis tiempo de saberlo en los próximos posts...
A mi tambien me suelen gustar muchos de los temas israelíes. Claro que hay algunos que...
Un besote
Hola Dani:
ResponderEliminarLa verdad, a pesar de lo incómoda de la reunión, jamás creí estar viva para volver a verme, frente a frente, con muchas de las personas que forman parte de un oscuro pasaje de mi vida, por lo que 1988 tambien es, en buena parte, una etapa borrada.
Un besote
Hola Miguel Angel:
ResponderEliminarAfortunadamente, tras 1988, conocí muy buenos compañeros y amigos de Facultad, con los que comparto mucho mas amables momentos. Lo de aquella noche fue una suerte de "terapia de choque".
Un besote de caramelo.
Kalispera, Nikos:
ResponderEliminarAhora que hablas de cenas de empresa me recuerda la que tuve a finales del 2008 con mi desagradable ex-jefe. La de ayer, sin embargo, era mas sobrellevable. 22 años no han hecho cambiar mucho a la gente de lo que les conocía, y ya para mi son casi que inofensivos.
לילה טוב, אביר יפה שלי