Temporada de marujas

Hola a tod@s:
A veces en mi vida pasan cosas tan surrealistas que no puedo saber a ciencia cierta si debo reirme de ellas o llorar porque me superan. Una de ellas me ocurre cuando estoy con mi señora madre en un centro comercial y por alguna remota razón, se nos atraviesa de por medio la palabra "rebajas" o similares. Y ese es el pecado: ir a un centro comercial con mi señora madre en esas fechas en que casi todo se anuncia como "rebajas" es exponerle a que le entre el espíritu consumista de lo innecesario y luego ver cómo la naftalina hace presa de muchas de esas modas imposibles.

Pero al parecer no soy la única que tiene que hacer hasta lo imposible para que no le afecte el "espíritu marujil" y evitar comprarse ese vestido feo de coj.... que luego se convierte en el "pongo" del armario. A veces la mejor fórmula es, de plano, ir sin la tarjeta de crédito y quitarle a mi madre la suya a escondidas, asi llegamos a casa sin ninguno de esos tentadores bodrios. Eso si, luego tienes que tener el efectivo justo para seguir adelante. La otra es armarse de paciencia, esperarla que se pruebe de cuanta cosa quiera, y cuando ella me pregunte la opinion, pues decirle que se ve muy gorda con el traje. Ese es mas efectivo: no lo compra. Pero, mientras tanto, me he gastado cuatro o cinco horas de mi vida encerrada en un almacen, con el riesgo de que la que vea algo sea yo.

Ya que hablamos de modas imposibles, nada como recordar hoy a una cantante cuyo peculiar vestuario en Lausana/89 me hace volverla casi mi referente iconográfico de toda una maruja: Anneli Saaristo. Menudo estilismo se gastó Finlandia para llevar a tierras helvéticas un tema como La dolce vita, que bien parecería sacado de las horas mas anodinas del ya extinto Festival de la OTI. Tremendo ese cardado-que-le-den-a-la-capa-de-ozono, y ella tan orgullosa con su vestido rojo con rara franja negra transversal en el pecho. Lo curioso es que obtuvo una septima plaza, que en el palmarés finlandés de ese entonces era una posición muy alta, tal vez demasiado para la valía de este tema- y eso que sabemos ya quien ganó-. Y es que si hablamos de trapitos, superar el look gótico- vampírico de Lolita Morena - Nikos ;) - era harto dificil. Tal vez la finlandesa se lo compró en un almacen de rebajas en su pais, y no tuvo quien le dijera que se veía gorda o le escondiera la tarjeta de crédito...



Besos a tod@s
Wendy.