Las riendas en mi mano

Querid@s lectores:
Tras la celebración de nuestro posts 500, no podemos cerrar la semana con un tema cualquiera. Tengo que esforzarme por seguirles dando lo mejor en estos días, que bien podrían ser los últimos al aire. Si he de retirarme, que sea por la puerta grande.

He de contaros que se mueve fuertemente el asunto de la lista de Jueces. Tanto, que ya se empiezan a cocinar alianzas en pos de las mejores plazas. No lo voy a negar, hasta yo misma he participado de las mismas. Es un pedir y dar a cambio. Gracias a él veo probable quedarme, muy a mi disgusto, en Bolívar. Las cuentas no me dan para emprender, por ahora, aventuras por tierras cundinamarquesas - y pedir prestado me sienta tan mal-, pero además lo hago por una justa causa: bloquearle de una buena vez a cierta mamarracha cualquier remota opción en este departamento. Ese elemento indeseable tendrá que ver, así se muerda el codo de la ira, como me corono yo como jueza primero que ella.

Y por otro lado, ayer fue la fecha límite para que las delegaciones del IX Concurso de DDHH enviaran, sin penalizaciones, sus trabajos. El nuestro llegó a Bogotá desde el pasado martes 19. Ahora a esperar regresar a los 24 clasificados como los méritos mandan. Ensayamos y ensayamos, y en un mes espero que mis chicas digan ya de corrido su argumento, y esta vez, valga la pena el esfuerzo. Ya estoy harta de dar la otra mejilla, y este año se rumora que el "grupo de la muerte" va a estar integrado por mas de una de las "relegadas" del año anterior, que rivalizaremos con mas de una de las delegaciones "rebeldes" que retornan tras haberse retirado en los albores del Concurso. A mi eso no me interesa. Aqui este año voy por la medalla de oro, nada de puestos a mitad de tabla ni de triunfos morales. Ya con los cuarentas a la vuelta de la esquina, no estoy para hacer el tonto.

Señores, voy a tomar las riendas, como nos lo enseñó Hera Björk con su Je ne sais quoi. Tras mucho intentarlo y adquirir experiencia previa, ella por fin representó a Islandia en Oslo/10. Lastimosamente no obtuvo los votos que merecía. Y ya que hablamos del 19, ese fue el puesto en el que quedó la cantante islandesa, injusto para la valía de su tema. Como anéctota curiosa, el puesto 19 en la actuación de una gran final eurovisiva ha dejado tres triunfos, todos ellos comentados en nuestro blog: Insieme:1992, My Number one y Running scared, sin ir tan lejos. ¿Tendré la misma suerte que italianos, griegos y azeríes en Zagreb/90, Kiev/05 y Düsseldorf/11, respectivamente? . Les estaré informando.

La próxima semana tendremos un especial sobre Reino Unido y algunos de sus quince segundos lugares. Una interesante revisión sobre cómo la BBC se tuvo que tragar esas medallas de plata que, hoy por hoy, tanto extraña. Nos vemos el lunes.



Besos a tod@s
Wendy