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Las Meninas. Velasquez. Museo del Prado |
Mi relato del jueves, como ya es costumbre, es basado en mi vida misma. Porque , en poco mas de 40 años he tenido oportunidades maravillosas, que dan sentido a los mismos sacrificios de los que hablé en el relato pasado.

Cuando se ha vivido como yo he vivido, lejos de grandes lujos pero decentemente, aprendes a valorar muchas cosas sencillas. Aprendes a ver que, desde el acto mismo de tomar el metro hasta investigar en la Biblioteca para rendir mejor en mis clases, todo hace parte de un sentido de la vida. Mi vida fue un antes y un después de mi estadía en Madrid. En ese Madrid bohemio, en ese Madrid que caminé de día y de noche. De ese Madrid donde sentí, de verdad, latir mi corazón por la llama renovada del amor, que ya había creído perdida para siempre. Y conocí en persona a Las Meninas, al Guernica, tomé un picnic en El Retiro. Disfruté la belleza hasta del nombre de las estaciones del Metro. Porque esas cosas, aparentemente irrelevantes, son las que constituyen nuestra experiencia de vida. Ver la belleza de lo sencillo es algo extraordinario. Ver que lo cotidiano se hace arte ante nuestros ojos. Amar lo que se hace y lo que se vive es el secreto. Dar gracias cada uno de esos 51 días, porque las lágrimas de otrora se tornaban en pequeños regalos del destino.
No es fácil traer a la mente tantas cosas sin sentir añoranza. pero esa añoranza hoy está acompañada de la promesa de volver, tanto como volvió en Düsseldorf/11 nuestra delegación invitada de hoy. Si la pequeña Margarita de Austria es uno de los personajes del cuadro de Velasquez, que mejor que hablar de un tema que nos hace valorar la belleza de lo sencillo como el que llevó Austria en la voz de Nadine Bailer. Sobria, elegante y con una potente voz, ella nos cantaba que The secret is love. Y así como en la postal de su tema, o tambien escalé la montaña de ese reto que fue ir y estudiar un postgrado en España. Y si volviera el tiempo atrás, poco sería lo que cambiaría, porque incluso los malos recuerdos, forjaron mi ser, tanto como los malos resultados han forjado el caracter de la temperamental delegación austriaca en el Festival.
La roca mas dura que entorpece tu camino, puede ser el diamante que embellezca tu vida.
Besos a tod@s
Wendy
Si la bandera era la de este país!!! Mira que me has pillado, picarona!!! jajajaj!
ResponderEliminarComo me gusta tan poco España, bueno España no, el carácter español más bien, pues ni la tenía en mente.
Eso mismo que nos cuentas puedo aplicarlo a mi larga estancia en Atenas, lo mío fueron casi dos años de belleza, de día a día, de conocer a las personas, de sentirme bien, porque por malas que fueran algunas experiencias, fueron nubladas por Grecia, por ese país tan maravilloso y fuerte. Estar ahora en España es como estar en un paréntesis.
Beso y café.
Que bonito cuentas Wendy esa estancia, ese disfrutar dia a dia, para sentirse feliz no hace falta grandes cosas, solo apreciar lo que se nos ofrece.
ResponderEliminarMe gustó este paseo contigo por el museo.
Un abrazo.
Wendy, conozco bien esa sensación. Me crié en Brasil (Säo Paulo) durante 14 años, volví a España con 16, cuando era ya más brasileña que española. Luego, en 40 años de casada, por trabajo de mi marido, he vivido en más de 15 lugares difere ntes de España y mi hijo mayor, hace 17 años que vive en EEUU. Primero en Illinois (donde hizo el doctorado) y ahora en Cornell (estado de N.Y.) donde es profesor hace doce años...
ResponderEliminarHe aprendido que somos ciudadanos del mundo y que en todos sitios se puede encontrar la felicidad y la belleza, porque en realidad están en nuestro corazón y nuestros ojos.
Bienvenida a casa SIEMPRE. Gracias por tu participación. Besitos.
Se nota que vives intensamente todo lo que te pasa, y esa estancia dejó en ti una huella imborrable. Hay viajes que nunca se olvidan, porque nos queda en nuestro interior y nos llena tanto, que aunque pasen años siempre lo tendremos en un rincón de nuestro corazón.
ResponderEliminarUn abrazo
Esas experiencias de vida son las que nos forjan por dentro, no hay dudas. Permitirse disfrutar de las cosas que podrían pasar por corrientes nos habla de una sensibilidad bien dispuesta para gustar lo bueno como para aprender de lo malo.
ResponderEliminarSaludos jueveros!
Wendy dijo...
ResponderEliminarHola Gustavo.
Ay, añorar, añorar...a mi este jueves me ha servido para evocar bellos recuerdos. ya las lágrimas las lloré por anticipado.
Beso entero
Wendy
no encuentro tu mail entre mis posesiones...ajja..
bein, aun no vengo a comentarte, vengo a responder a tu coemntario...
añorar,,,me gusta ese término que has empleado..yo ya recordé, pues las lágrimas ya las lloré...
no sé, wendy, si es menestar el hecho de entristecerse tars recordar...no lo veo..vamos a ver,sí que se puede uno entristecer tras un recuerdo, pero lo que no se puede es ir al recuerdo PARA ENTRISTECERSEEEE¡¡¡
gracias por tus palabras...
ah, no te preocupes, que or aquí volveré a leerte...
medio beso.
qué bonito Wendy poder compartir este recuerdo inolvidable contigo. Tus extarordinarios momentos en tu visita a España. Creo que los españoles no sabemos valorar lo que tenemos.
ResponderEliminarBesitos
Los recuerdos que has contado de cuando visitaste el Prado, son muy parecidos a los que yo tuve cuando lo hice. Esa sensasción de encontrarse frente a las Meninas o ante el Jardín de las Delicas de El Bosco o ante los magestuosos cuadros de Goya. es toda una experiencia absolutamente inolvidable.
ResponderEliminarApoyo la moción y te doy 12 puntos.
Un abrazo
Te confieso Wendy que cuando visité el M. del Prado por primera vez lo primero que hice fue ir a ver las Meninas, soñaba desde pequeña con el cuadro, después lo he visitado tres veces más y he llevado a mis hijos.
ResponderEliminarTodos deberíamos ser viajeros del mundo y saber apreciar tantas cosas bellas, amarlas y protegerlas.
Muy lindo tu relato, ameno, lleno de valores innegables.
Un beso.
En mi época estudiantil estuve dos años viviendo en Alcalá de Henares, muy cerquita de Madrid. Pues bien, durante siete semanas seguidas estuve bajando los sábados a Madrid para visitar el Prado, así que comprendo muy bien las emociones que pudiste sentir contemplando tanta belleza.
ResponderEliminarVerdaderamente extraordinarios esos 51 días para tí.
Un abrazo.
como buen cumplidor de mi palabra, ya estoy aquí...
ResponderEliminaradmiro a la gente que sabe apreciar las cosas pequeñas...incluidas los nombres de las estaciones de metro¡¡...
sabesmwendy, no soy de apíses ni de lugares, lo mío suele ser de gentes que estén en esos lugares...ocas veces he sabido apreciar las cosas, las circunstancias de un lugar cuando he viajado solo...soy más de apreciar el entorno cuando voy a casa de alguien o quedo fuera de mis lugares de pernoctación, ahra el pueblo donde nací, antes fue madrid, salamanca, barcelona, etec...así que en cierta manera, también tines miadiración por esa faceta, la de poder disfutar de los lugares...
medio beso, wendy...
Me siento halagado ya que tus días extraordinarios fueron en mi ciudad. Y me sorprende un poco, pero es por lo habitual y accesible que es para mi esa ciudad. Uno sueña con Paris, Pekin, Samarkanda ...
ResponderEliminarSobre las estaciones de metro y las voces que las proclaman llevo tiempo pensando en sacar conclusiones, entre esa pareja hay algo, jeje.
Besos.
Sin dudas fue una experiencia extraordinaria, un viaje a un lugar tan hermoso es inolvidable, más allá de las cosas negativas que puedan pasar en el medio, creo que las cosas bellas y la realización de un sueño lo compensan.
ResponderEliminarUn abrazo.
Cuando yo fui al museo del Prado estaba recién casada y para mi fue como viajar a una luna de miel entre los cuadros. En cada cuadro podía estar bastante rato, de hecho tuvimos que volver al día siguiente. Por eso te entiendo en tu expereiencia extraordinaria.
ResponderEliminarUn abrazo.
Inolvidable. ¿A quíen le puede pasar inadvertida tanta belleza?
ResponderEliminarEn este caso fue Madrid... el Mundo está lleno de sitios extraordinarios, pero lo hermoso también está en nosotros mismos, en nuestra sensiblidad para ver.
Amenos recuerdos con final festivalero.
Abrazos
He revivido en ese momento tuyo extraordinario, uno muy similar que pude disfrutar, donde la maravilla se extendió ante mis ojos y yo simplemente me dejé llevar...
ResponderEliminarPronto será París, Wendy... pronto nos harás otro relato extraordinario como éste! te lo deseo de corazón.
besos
A la madre patria?, mmmm, tú debes ser Argentina!, todos mis amigos argentinos quieren visitar la madre patria, la primera vez que vi a uno nombrar así a España me sorprendió muchísimo y sigue sorprendiéndome, lo que si se es que nos has trasladado la emoción perfectamente y nos has hecho ver el museo del Prado desde tus ojos, recuerdo que la primera vez que fuí, iba con mis padres y fué un suplicio, cuando yo me paraba a contemplar una obra y conseguía despegar mis ojitos del cuadro, mis padre estaban ya en la otra sala y mi madre haciéndome gestos desesperada porque no me perdiera y les siguiera, jajaja, que envidia me daban los artistas que estaban haciendo copia de algunos cuadros ahí paraditos, sin que nadie les dijera, venga niña que te embobas!!!!, jajaja, miles de besossssssssssssss
ResponderEliminarHola Verónica:
ResponderEliminarEurovisión siempre es bueno para repasar banderas, capitales, jejejeje.
Atenas debió ser una pasada. Ojala pronto la conozca. Ese será un relato fascinante
Abrazos y café
Hola San:
ResponderEliminarEse es mi mensaje subliminal: ser feliz y vivir experiencias extraordinarias puede hacerse con las cosas mas sencillas. Para mi lo fueron las cerca de ocho horas vividas en El Prado.
Hola Maru:
ResponderEliminarMe quedo con este ensaje: "La felicidad y la belleza (...)en realidad están en nuestro corazón y nuestros ojos". Yo la sentí a cada centímetro de ese museo del que tanto leía, antes de pisar suelo ibérico. Hoy puedo decir que lo logré.
Abrazos a todos los ciudadanos del mundo.
Hola Cármen:
ResponderEliminarMi estadía en España, por múltiples motivos, quedó en mi corazón. Uno de ellos fue el arte, el otro el amor. Asi ¿quien se olvida?
Un abrazo
Hola Gustavo.
ResponderEliminarGracias por hacerme merecedora de vuestra admiración. Por solo ello, beso y medio para hoy ;)
Hola Neogéminis.
ResponderEliminarLa sensibilidad es la que te permite deleitarte con tantas cosas, disfrutar ese mensaje que cada artista quiso plasmar en esa obra que hoy se aglomera en ese espacio tan místico para mi como lo fue El Prado.
Gracias por participar
Hola María José.
ResponderEliminarNunca es tarde para apreciar esas bellezas. Supongo que , cuando vuelva a España, querré volver al prado como si fuera la primera vez que estuve en él.
Bienvenida de nuevo por estos lares
Hola Jose Vicente.
ResponderEliminarGracias por los 12 puntos!. Muy eurovisivo todo.
Hay tantas obras qué disfrutar, y no solo en El prado.Tambien en el Reina Sofía, pero, creo, habrá momentos para relatarles todo ello.
Un besote
Hola carol:
ResponderEliminarBienvenida a ECODM
Las Meninas es un cuadro impresionante. Ya casi ni recuerdo qué magnetismo único me llevó a la sala donde se yergue, majestuoso , este cuadro tan sui generis. Y qué lindo compartir con tus hijos esa belleza inmarcesible de la obra de Velasquez
Hola Juan Carlos:
ResponderEliminarPues no se yo si, aparte de la demanda a Manu Chao, entre doña María Jesus Álvarez y Javier Dotú haya algo mas que preguntarse la próxima estación y con cuales líneas hace correspondencia, pero, bueno, sacad vuestras propias conclusiones. Yo , desde luego, encantada con nombres como "Campo de las naciones", "Mar de Cristal", "Colombia" ...
Ojala en mi proxima ida a Madrid podamos conocernos.
Hola Sindel.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo. Como cantaría Coti, "Nada fue un error". Valió la pena todo lo que sufrí por estar caminando en ese recinto mítico del arte. Todo.
Hola Encarni:
ResponderEliminarPues mira tu, un plan de luna de miel bastante hermoso. A veces creo que ni la vida entera es suficiente para abarcar tanto arte, tanta belleza, tanta majestuosidad...
Saludos
Hola Alredo.
ResponderEliminarEse es un buen punto. cada museo es un mundo, pero , si no abres tu mente al arte lo sentireis como un sitio mas, algo del montón. Esa es la belleza de todo.
Gracias por pasarte
Hola Cas:
ResponderEliminarDios te oiga pronto con lo de París!
Ese será mi relato mas inspirado, sin duda.
Hola Susurros:
ResponderEliminarNo, no soy argentina, sino Colombiana, pero aqui tambien le decimos a España "la Madre Patria", aunque seamos como esos hijos mal queridos por la señora madre.
Por eso quise hacer ese viaje al Prado sola, para ir sin mas prisas que mis propios deseos de apreciarlo todo
Un abrazo
Ay, Pepe, casi te me pasas!
ResponderEliminarTuve la oportunidad de ir a Alcalá de Henares. Inolvidable experiencia complutense, sin duda. En algún relato hablaré de ella!
Besos