Hola a tod@s:
Al principio, todo es oscuridad. El camino es a veces impersonal, a veces con alguna incidencia, pero el destino sigue ahi, inexorable. Como cuando abres una matrioshka ( si, las muñequitas de madera hechas en Rusia), no sabes la que te puedes encontrar.
Subo los peldaños de la feroz máquina. Casi siempre están los mismos rostros, algunos amigables, otros hostiles. La oscuridad cede paso poco a poco a los primeros rayos del sol, y con ellos, la transacción de siempre. Y tras ella, comienza en firme el suplicio. Me muevo como un frágil pañuelo en medio de la colada de una lavadora, damos tumbos casi sin cesar. Y una nube de polvo me dificulta respirar. Mis ojos no pueden contener las lágrimas, el dolor esta asegurado. Y ni hablar de los gritos, esos gritos ensordecedores que no paran de sonar. Temo volverme loca, por lo que trato de evitar esas voces, pero no siempre algo victoriosa. A veces siento que me señalan, que me apuntan con el dedo, y no es para menos...
Tras el ataque de la nube de polvo, viene en el horizonte la sensación de claustrofobia. Ha pasado poco mas de una hora de haberme alejado de mi acogedor hogar para adentrarme en la vorágine. Veo por doquier rostros de grandes y chicos corriendo de un lado al otro en búsqueda de un preciado líquido que yo disfruto en casa, pero que otros padecen por no tener. Y sigue el ruido, un ruido igual o peor que el Party for everybody de las Buravnoskiye Babushki. Y es que la emisoras de tal algarabía tambien se merecerían CERO (0) PUNTOS de mi parte, porque no hay quien las calle. Y estas son como contemporaneas de las abuelas soviéticas. E igual de ridículas, en mi criterio.
Avanzo en mi via crucis, y llega la etapa que mas me preocupa. En la lejanía, se sienten los giros desesperados de este desvencijado aparato, que te hacen entrar en un estado cercano al pánico. El temor a perder la vida sigue ahi, inmerso en cada movimiento. Un paso en falso sería un salto al vacío. Son tal vez lo minutos mas angustiosos. Como en las películas de mafiosos, a los buenos a veces los matan justo antes de llegar a buen resguardo. Es ahi cuando me hago cruces, como me las hago a veces con estas chorradas que estamos viendo rumbo a Bakú/12. Tras pasar la etapa mas pesada, de la máquina se alejan esas voces ensordecedoras, esas miradas que van desde el reproche hasta el odio. Si, el odio, aunque a mi me sorprenda. Y veo a lo lejos las dos torres que marcan el fin de esta tortura. Presta soy a hacerme camino en medio de una pista resbalosa y a veces , hasta maloliente, entre gallinas, frutas, verduras y cuanto obstáculo se puedan imaginar.
Abandono el córcel metálico y temo que al mirar atrás quede convertida en estatua de sal, como la mujer de Lot. Mis pasos se aceleran en medio del calor matinal, porque el reloj sigue su inexorable camino. Una llave me permite llegar a mi refugio, ese refugio donde, tras cerrar los ojos y tomar un poco de aire, una voz amigable me dice....
"Doctora, su café"
Y me siento en mi silla, y el café me da la bienvenida a mi trabajo. Si, porque les acabo de relatar el trayecto de mis días desde mi despertar hasta llegar a mi Despacho. Ese es mi relato, y aqui les dejo el tema ruso de este año, que recomiendo lo escuchen bajo su propio riesgo. Lo único que se, es que esta historia se repetirá...no sé por cuanto tiempo....
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Próxima estación: Suecia
Besos a tod@s
Besos a tod@s
Wendy
Difícil adaptarse a un lugar nuevo, con cultura y tiempos diferentes, con distintos modos, distintos sonidos, distintos aromas...todo esperando ser aceptado por nuestro propio yo.
ResponderEliminarUn abrazo.
He pasado sudores, miedos, he sufrido polvo, apretones, en ese viaje a Bakú, doctora, necesito un café, !gracias! Uf, cada día lo mismo, delirante trayecto hasta la taza de café.
ResponderEliminarQueda tan lejos Bakú, pero habrá que adaptarse a esa música.
Besitos.
me ha interesado este relato tuyo or lo de onírico, por lo de locura, por lo de surreal, por lo de fantasiosos, por lo de irreal...que tiene, en siendo él, maldita sea, real...pues la aclaración que haces al final dice que es real...a veces realidad y ficción se entremezclan para acabar ganando siempre la realidad...
ResponderEliminares un mundo de locos lo que has descrito, más propio de unamente descordada, no-cuerda, que de otra cosa. lo malo es que esta mente, la del relator, estaba más que asentada en la realidad..
medio beso, wendy...
Hombre, visto de esta manera, si que es una verdadera encrucijada llegar al trabajo. Para ti debe ser una verdadera liberación.
ResponderEliminarBueno te aconsejo que te pongas cascos y vayas a tu bola hasta conseguir alejarte de tantos ruido desagradables.
Un abrazo
Lo que en principio parecía una pesadilla envuelta en surrealismo, se ha tornado en una realidad diaria. Es lo que confirma que en muchas ocasiones la realidad supera a la ficción.
ResponderEliminarMuy bien narrado.
Un abrazo
Bueno, digamos que las viejitas se lo pasan bien. Algo bueno tiene ... para seis personas.
ResponderEliminarHe venido apresuradamente a leerte porque escuché en la radio la historia de estas abuelas de una aldea de Udmurtia que quieren recaudar fondos para restaurar la iglesia. Sabía que en tu blog podría tener más información y, visto el vídeo, no creo que lo logren.
No quiero extenderme demasiado, pero me identifico en tu relato, los comienzos de jornada son espantosos.
Besos.
Que desconcierto, que locura he sufrido en su lectura.
ResponderEliminarBuena idea lo llevar los cascos, con tu música favorita
Yo pediría una buena tila, en vez de café.
Besos sorprendidos.
Obligada y diaria epopeya para poder acudir a tu puesto de trabajo. Miedo atroz a esa infernal máquina que te lleva entre violentos temblores a tu destino.
ResponderEliminarSupongo que será cuestión de acabar adaptándote a ese inhóspito ambiente.
Un abrazo.
Madre mía, entre gallinas, coliflores y polvo, un hermoso viaje cada mañana... menos mal que al final te espera un cafelito!!! Jajajaja!
ResponderEliminarJolines, qué susto al final, las viejas cantoras de las rusias, terroríficamente tradicionales por decirlo bonito. También tienen derecho, no? Las pobrecitas ancianitas desvalidas...
Un beso.
Cuanta ansiedad he sentido acompañandote en tu viaje hasta el cafecito diario, te deseo que consigas adaptarte pronto, a las viejitas del video, las vi el otro dia en las noticias, no creo que ganen, pero si eso las hace felices, mi apoyo para ellas...Cuidate Wendy,besos...Lucia.
ResponderEliminarEs muy difícil soportar la voragine de todos los días, las calles llenas de gente apurada, el aire viciado, en fin, el camino hacia el lugar de trabajo. Por lo menos Wendy cuando llegas encontrás un poco de paz y tranquilidad.
ResponderEliminarLa verdad fue sorprendente que hablarás de eso, pensé que era otra cosa el trayecto que ibas relatando. Muy bueno!!!
Un abrazo.
Kalispera, Wendy:
ResponderEliminarVeo que la "canción" rusa te ha venido como anillo al dedo en relación al título del relato correspondiente a esta semana.
Yo tampoco me lo esperaba. Además, el vídeo me lo envió un amigo por e-mail y creí que me estaba tomando el pelo... En fin, ya sabemos que el Este vota en bloque y que estas señoras, nos guste o no, recibirán un buen número de votos.
Besos
Una descripción surrealista... es que en estos mundos, se ven y viven situaciones que son de no creer.
ResponderEliminarUn relato que te hace ir apurando cada palabra, como la vorágine que te lleva hasta tu escritorio.
(creí haber comentado antes y a todas estas no lo había hecho "en tiempo y forma" jajaja)
besos!!!!
Hola Neogéminis:
ResponderEliminarNo ha sido labor fácil adaptarme a todas estas cosas , pero he puesto de mi parte, de eso que no quepa duda.
Abrazos
Hola Natalia:
ResponderEliminarLo mas impactante del trayecto ocurre despues de la taza de café.Pero de eso hablaré en otro relato.
A las abuelitas ruisas si que no he logrado adaptarme, y mira que lo intento...
Besitos
Hola Gustavo:
ResponderEliminarMedio real, medio irreal, el relato del viaje se toma licencias de ambos extremos.
Beso y medio para ti
Hola Carmen:
ResponderEliminarA veces las señoras del autobus hacen tanto ruido , que ni los cascos funcionan con ellas! son ensordecedoras!
Abrazos
Hola Jose Vte:
ResponderEliminarLa supera con creces, creeme...con creces. Todo sea por un buen café...
Hola Juan Carlos:
ResponderEliminarPues esa es la moto que nos trata de vender Rusia ( la pedante Rusia) este año en el Festival. Mejor que las venerables abuelitas se pongan a hacer calcetas, que menuda tela verlas en el Festival.
Besos
Hola Atalanta, bienvenida a ECODM
ResponderEliminarEs el café el momento del día en que termina la pesadilla yh vuelve la realidad. Esa es su función. Tomaré en cuenta lo de la tila.
Hola Pepe:
ResponderEliminarO me adapto o sucumbo en el intento, lo que ocurra primero...
Hola Vero:
ResponderEliminarCreeme, estas ancianitas, de "desvalidas" y representando a Rusia, pocón, pocón....algo se traman estos.
Hola Alma de Venus, bienvenida a ECODM
ResponderEliminarPor el bien del Festivbal, es mejor que NO ganen. Tanto habíamos hecho por erradicar lo friki de Eurovisión, y vienen estas a patear el tablero con todas las fichas encima. No hay derecho.
Hola Sindel:
ResponderEliminarLa idea era dar esa sorpresa, ese punto de giro en la trama de la vida real que no se viera tan real, aunque lo es...
Kalispera, Nikos:
ResponderEliminarSi, lastimosamente caía como anillo al dedo este tema. Pensé que podía ganar el cansino Dima Bilan junto a una de las insufribles T.a.T.U. Un bañito de humildad no les sentaría nada mal a ambos...pero lo de las Abuelas y el habitual "tráfico" de votos ex soviéticos nos la hará tragar en la final.
Un besote, turronzote
Hola CAS:
ResponderEliminarSiempre sois bienvenida a ECODM.
Y si, el relato me permitió tomarme licencias literarias varias para relatar lo que, para otros , es un camino donde labora a secas.