Hay sentencias...

Hola a tod@s:
Retomando un poco mi comentario en el inigualable post de nuestra querida amiga y colega blogger Verónica Marsá, hoy tambien voy a hablarles de sentencias y de sus efectos, pero no de la forma académica y aburrida de mis módulos del Curso Judicial, sino en otra perspectiva. ¿Recuerdan que les comenté del fallo contra una jueza en Cali a la que destituyeron por acoso laboral?. Pues bien, ahora el fundamento de aquella sentencia ha envalentonado a los actuales empleados de mi odiosa ex-jefecita, quienes ya promovieron en su contra una escandalosa denuncia por las mismas razones, noticia que, como podrán imaginar, ha sido la comidilla en este edificio. Y mas le vale a mi ex-jefa comprar un muy buen extintor, porque el incendio que se le avecina amenaza con dejarla carbonizada en sus aspiraciones como Jueza de la República en propiedad y su permanencia misma dentro de la profesión y la Rama Judicial. De darse una sanción tan fulminante como la de aquella sentencia en su caso, pagaría y con creces todo el mal que ha ocasionado. Y se rumora por ahi que hasta yo podría ser citada a declarar en su contra por los abusos y malos tratos que como superiora mío fue ella ¿ves querida santandereana?, no hay enemig@ pequeñ@. Todo el mal que se hace se devuelve y de la peor manera. Aqui no va a haber revanchismos de mi parte. Diré mi verdad, si y solo si soy llamada, y si hay justicia, como confío plenamente que la haya, se sabrá la verdad y se pondrá fin a algo que nunca comenzó bien.

En mi trabajo habitual tambien vemos mucho casos de sentencias trágicas, que marcan para siempre las vidas de las personas. Separamos años en comun, brindamos protección a quien mas lo pide y tiene derecho, hacemos nacer y morir a la vida jurídica sueños y pesadillas. Hay otras que son mero trámite, otras que pasan a nuestros recuerdos por lo polémicas que resultaron, pero de todas aprendemos. Siempre me enseñaron en esta carrera que una sentencia es el resultado final de toda una larga historia que comienza desde cuando se plasma la vida de las personas en un papel y se da a conocer ante una oficina judicial. Porque una sentencia siempre es un fin, pero a la vez el medio en que la diosa Temis se brinda al mundo.

En Eurovisión, quien sentencia es el jurado, y mas recientemente, tambien el televoto del público. El veredicto de ambos es lo que marca quien triunfa y quien fracasa, y no siempre es el mas justo. En Brighton/74 hubo una gran pléyade de artistas, todos con una misma aspiración, pero el triunfo solo pudo pertencer a uno solo, y esos fueron los ABBA. Pero tambien hubo artistas de gran peso y experiencia en el escenario como Gigliola Cinquetti, o como nuestro invitado de hoy, Romuald, quien ya completaba con esta su tercera participación eurovisiva, quedando en una muy digna cuarta plaza, con su Celui qui reste et celui qui s'en va. Mónaco, el pais que representó por segunda ocasión, decidió hace unos años ser quien se fuera, y luego volvió, pero no obtuvo resultados, con justicia o sin ella, y se volvio a ir. Tal vez sea una sentencia inapelable la ausencia monegasca del Festival, lo único cierto es que este guapo crooner obtuvo un buen veredicto del jurado de aquel año, tal vez mucho mas del que, eventualmente, su tema merecía.

Febrero será un mes de veredictos para muchos paises en el Festival. Esperemos que sean muchos del agrado de los eurofans y que no haya triquiñuelas - legales o no- de por medio...Los espero este domingo.



Besos a tod@s
Wendy