En este Jueves Santo continúa nuestro especial sobre el Benelux, y aunque hoy le corresponde el turno a la segunda parte de esta trinidad eurovisiva, es decir, los Paises Bajos, no quería perder la oportunidad de comentar, a modo de risas por mi misma, sobre cómo recientemente comprendí lo dificil que es ser directora técnica de fútbol o microfútbol, a la par que jugadora, qué mas da...
El gimnasio al que acudo pronto celebrará sus diez años, y a modo de promoción, decidió hacer un mini-campeonato de microfutbol- que, a la hora del te, es un deporte con el que se gastan muchas calorías- y como a mi me meten en todos los embolados, a Gina y otras colegas del gimnasio no se les ocurrió una mejor idea que apuntarnos como equipo. Claro, como regalan un año de membresía al equipo ganador, pues regalado hasta un bombardeo. Hasta ahi, todo muy fácil. Pero luego el primer partido, ayer miércoles, fue todo un via crucis. Entre las cinco teníamos que definir qué nombre queríamos y luego la posición con la que ibamos a jugar. A mis coequiperas se les ocurrió elegir "Las Cuchibarbies" -así le dicen en Colombia a las mujeres maduras pero que aun tienen atractivo-. Aunque me parecía algo sexista el nombre, no me las iba a dar de socióloga feminista con un nombre. Pero lo cierto es que en la asignación de roles, ninguna quería ser arquera. La razón: la manicura. Y bueno, yo me ofrecí. Si digitar miles de teclas al día no me la deterioran, qué mas daría uno que otro balonazo, pensé. Grave error.
Y fue grave, porque al cierre de inscripciones había seis equipos, y el nuestro era el único integrado por mujeres. No me extraña: el resto de chicas que van al gimnasio prefieren hacer Pilates mil veces que correr como locas posesas tras un balón. El primer partido, disputado ayer, fue toda una calamidad: No solo nos tocaron unos tíos muy rudos, que dejaron a mas de una con las piernas llenas de moretones, sino que yo como guardameta quedé casi al mismo nivel de John Bonello: Ante una defensa tan endeble como las chicas de mi equipo, yo era todo un colador de goles: me encasquetaron 9 en total ayer miércoles. Y mis compañeras no pudieron ni hacer uno. Bueno, siempre dicen que en las ligas hay un equipo que le regala puntos a los otros. Lo único malo es que justo sea el mío...
Bueno, ya dicho lo anterior, pasemos a cosas mas agradables, como el tema invitado de hoy, que cantó Marlayne ( no confundir con la cantante chipriota de aquel mismo año, de nombre muy similar) en Jerusalem/99 y cuyo One good reason logró el último top 10 de los neerlandeses en tiempo reciente - si por "reciente" hablamos de hace 12 años...-. Como estamos en época de Semana santa, nada como recordar esas graciosas postales de la tele hebrea, al ritmo de un tema que me caía simpático, pero que ni de coña iba a ganar el Festival. Quien los ha visto y quien los ve a ellos, que triunfaron cuatro veces en el Festival que alguna vez fundaron allá en Lugano, hoy añoran siquiera volver a una final, que les ha sido tan esquiva, caspas musicales aparte. Ya para aquel año, Luxemburgo había dejado de participar, los neerlandeses recibieron 12 puntos de los belgas y ellos les retribuyeron 10 puntitos.
Hay quien dice que mi vida es tan surrealista que debería escribir un libro de ello. Menos mal tengo este blog. Los espero este sábado con nuestra canción de cierre de nuestra trilogía del Benelux.
Besos a tod@s
Wendy
El gimnasio al que acudo pronto celebrará sus diez años, y a modo de promoción, decidió hacer un mini-campeonato de microfutbol- que, a la hora del te, es un deporte con el que se gastan muchas calorías- y como a mi me meten en todos los embolados, a Gina y otras colegas del gimnasio no se les ocurrió una mejor idea que apuntarnos como equipo. Claro, como regalan un año de membresía al equipo ganador, pues regalado hasta un bombardeo. Hasta ahi, todo muy fácil. Pero luego el primer partido, ayer miércoles, fue todo un via crucis. Entre las cinco teníamos que definir qué nombre queríamos y luego la posición con la que ibamos a jugar. A mis coequiperas se les ocurrió elegir "Las Cuchibarbies" -así le dicen en Colombia a las mujeres maduras pero que aun tienen atractivo-. Aunque me parecía algo sexista el nombre, no me las iba a dar de socióloga feminista con un nombre. Pero lo cierto es que en la asignación de roles, ninguna quería ser arquera. La razón: la manicura. Y bueno, yo me ofrecí. Si digitar miles de teclas al día no me la deterioran, qué mas daría uno que otro balonazo, pensé. Grave error.
Y fue grave, porque al cierre de inscripciones había seis equipos, y el nuestro era el único integrado por mujeres. No me extraña: el resto de chicas que van al gimnasio prefieren hacer Pilates mil veces que correr como locas posesas tras un balón. El primer partido, disputado ayer, fue toda una calamidad: No solo nos tocaron unos tíos muy rudos, que dejaron a mas de una con las piernas llenas de moretones, sino que yo como guardameta quedé casi al mismo nivel de John Bonello: Ante una defensa tan endeble como las chicas de mi equipo, yo era todo un colador de goles: me encasquetaron 9 en total ayer miércoles. Y mis compañeras no pudieron ni hacer uno. Bueno, siempre dicen que en las ligas hay un equipo que le regala puntos a los otros. Lo único malo es que justo sea el mío...
Bueno, ya dicho lo anterior, pasemos a cosas mas agradables, como el tema invitado de hoy, que cantó Marlayne ( no confundir con la cantante chipriota de aquel mismo año, de nombre muy similar) en Jerusalem/99 y cuyo One good reason logró el último top 10 de los neerlandeses en tiempo reciente - si por "reciente" hablamos de hace 12 años...-. Como estamos en época de Semana santa, nada como recordar esas graciosas postales de la tele hebrea, al ritmo de un tema que me caía simpático, pero que ni de coña iba a ganar el Festival. Quien los ha visto y quien los ve a ellos, que triunfaron cuatro veces en el Festival que alguna vez fundaron allá en Lugano, hoy añoran siquiera volver a una final, que les ha sido tan esquiva, caspas musicales aparte. Ya para aquel año, Luxemburgo había dejado de participar, los neerlandeses recibieron 12 puntos de los belgas y ellos les retribuyeron 10 puntitos.
Hay quien dice que mi vida es tan surrealista que debería escribir un libro de ello. Menos mal tengo este blog. Los espero este sábado con nuestra canción de cierre de nuestra trilogía del Benelux.
Besos a tod@s
Wendy
Kalispera, Wendy:
ResponderEliminarNo es éste uno de los temas holandeses que mejor recuerdo me han dejado. Me parece una canción normalita, bastante plana.
Jajaja... muy gracioso eso de "las cuchibarbies". Personalmente, creo que hay mujeres que, tengan la edad que tengan, nunca perderán su atractivo; otras, sin embargo, por más sesiones de cirugía estética y por mucho que se acicalen, nunca conseguirán despertar mi interés.
Un abrazo y feliz Jueves Santo
Cuchibarbies? Buen término sinónimo para "madurita de buen ver y de mejor catar"!!!!
ResponderEliminarespero que entre post y post, goleada y comilona pascuera podamos comunicarnos vía eternos mails que es la que más me gusta!!!!
Un beso bien grande y felices y cafeteras fiestas.
Hola, Wendy:
ResponderEliminarMe alegro mucho de comprobar que tenéis un buen espíritu deportivo, Cuchibarbies, jaja.
El tema holandés que hoy nos propones tenía gran encanto pero, como dices, no tenía posibilidad alguna de victoria ante las que eran las grandes favoritas: Islandia, Suecia, Croacia o la decepcionante Chipre.
Un besote
Kalimera, Nikos:
ResponderEliminarBueno, risas si que se han echado muchos con el pésimo desempeño de nuestro equipo. Eso si, espero estar en el primer grupo de damas que en el segundo. Luego me cuentas... ;)
Καλό Πάσχα!
Hola Verónica:
ResponderEliminarMe ha gustado mas tu definición sobre qué es una "Cuchibarbie", aunque con la de moretones de mis compañeras, creo que nuestra carrera deportiva tendrá corta duración...
Cuando gustes estoy en el correo!
Abrazos y café
Hola Dani:
ResponderEliminarPues espíritu deportivo será lo que nos quede tras esa tremenda goleada. Y el domingo nos viene el siguiente...ya os contaré
Un besote