Todo un culebrón...

Hola a tod@s:

Antes de continuar con nuestro invitado del día anterior, no quería de nuevo pasar de largo el comentarles que la anterior fue nuestra entrada No. 450 del blog, que se nutre de los aportes y visitas que vosotros, mis queridos lectores, haceis. Ya poco a poco nos acercamos a la entrada No. 500.

Muchas veces he comentado que en mi actual trabajo veo historias tan tremendas que harían palidecer hasta al mas retorcido libreto de culebrón venezolano o mexicano. Pero conocer algunas de las historias de los temas que participan en Eurovisión o la de sus intérpretes tambien da mucho de si. En nuestra semana dedicada la extinta Yugoslavia, damos paso de una artista de orígen croata a uno montenegrino, sin dudas, el mas exitoso de cuantos pisaron el escenario eurovisivo representando al pais socialista en sus épocas. Hoy invitaremos al guapísimo Daniel Popovic, quien tiene una historia llena de éxitos, pero tambien salpicada de muchos escándalos.

Este artista nacido en la antigua Titograd, hoy Podgorica - capital montenegrina- hizo su carrera en la actual Croacia desde los años setentas, épocas desde las cuales comenzaron sus intentos por representar a su entonces pais en Eurovisión. Pero conociendo cómo se movían las cosas en la preseleccion yugoslava, la televisión regional de turno - que posteriormente formarían las televisiones nacionales de la repúblicas ex-yugoslavas- era la que, virtualmente, imponía el ganador, por mas "abierta" que, en apariencia, fuera la preselección. En aquel 4 de marzo de 1983, fecha en la que Yugoslavia eligió el tema que les representaría en Munich/83, hubo mucha polémica: Aunque organizada por una de las televisiones de origen serbio, ganó Daniel con Džuli, representando a la televisión croata, a pesar de ser montenegrino, y pasando por encima de la gran favorita de la prensa y crítica, Lepa Brena- una suerte de Isabel Pantoja de los Balcanes, pero sin escándalos estilo caso Malaya -, que, aun siendo bosnia, era la candidata de la tele serbia, que quedó séptima en una preselección que contó hasta con temas en albanés. Como verán, todo un embrollo regional tremendo.

La prensa yugoslava en aquel entonces afirmó que, aún con la pegadiza canción, Yugoslavia iría a hacer el ridículo en tierra alemana, y lo cierto fue que, si bien no ganó, el carisma del artista yugoslavo cautivó a propios y extraños, llevándole a una meritoria cuarta plaza, una de las mejores del palmarés yugoslavo en el Festival antes de su discutible triunfo con Riva. Obviamente, su sex appeal llamaron la atención de muchas féminas en territorio bávaro, aun cuando Popovic estaba casado desde 1978. Al poco tiempo se divorció de la que sería la primera de sus tres ex-esposas. Y aunque intentó volverse a presentar para Eurovisión tanto en una próxima a disolverse Yugoslavia en 1991 como por Croacia en 2007 y hasta se rumoró que lo intentaría por su natal Montenegro al año siguiente, su carrera estaba mas que apagada u opacada por tres divorcios, acusaciones judiciales de incumplimiento alimentario y maltrato familiar. Una verdadera pena.

Quedémonos con lo bueno, como su refrescante, aunque un pelín hortera, participación en suelo muniqués. Reto a los lectores a no reirse del "elegante" adorno floral que simbolizaba la bandera yugoslava o el bailecito de las coristas. Espero no haberos incomodado con este post tan de hemeroteca. Hacía mucho no los teníamos. En nuestra siguiente crónica, otros artistas surgidos de otra parte de la extinta Yugoslavia, adornarán nuestras líneas. Eso será este viernes. Los espero, al igual que espero vuestros votos al correo wendypepper20@gmail.com para La quiniela ganadora 2011. Ahi no competirán Yugoslavia ni Montenegro, pero de seguro habrá un premio esperando por vosotros.



Besos a tod@s
Wendy